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El tratamiento farmacológico es una opción frecuente para el tratamiento del cáncer de riñón metastásico.

Existen varios tipos de tratamiento:

Estos fármacos actúan sobre los mecanismos que utiliza el tumor para crecer. Todas las decisiones sobre el tratamiento adecuado para usted se toman teniendo en cuenta cuidadosamente su situación general, sus síntomas, y su pronóstico. Probablemente se realicen varias pruebas y pruebas de imagen para evaluar qué tratamiento elegir.

Habitualmente se recomienda la terapia antiangiogénica para el cáncer de riñón. Si tiene un tipo poco frecuente de cáncer de riñón su médico puede recomendarle quimioterapia en combinación con inmunoterapia.

Terapia antiangiogénica

Son un conjunto de fármacos que frenan el crecimiento del tumor o incluso lo disminuyen de tamaño. Evitan la formación de nuevos vasos sanguíneos que nutren al tumor y le permiten crecer. Esta formación de vasos sanguíneos se denomina neoangiogénesis, y el término médico para estos fármacos es terapia antiangiogénica.

La terapia antiangiogénica se denomina a menudo terapia diana porque afecta principalmente a las células del cáncer.

Existen varios tipos, en los que cada uno tiene distintos factores sobre los que actúa para afectar el crecimiento del tumor. La mayoría de antiangiogénicos son medicamentos orales que puede llevarse a su domicilio. Unos pocos son medicamentos intravenosos, que se le administrarán en el hospital. Para el tratamiento del cáncer de riñón algunos fármacos antiangiogénicos frecuentes son:

  • Sunitinib
  • Pazopanib
  • Axitinib
  • Sorafenib
  • Tivozanib
  • Bevacizumab (combined with immunotherapy)

A los fármacos antiangiogénicos cuya diana farmacológica es una enzima llamada mTor se les denomina inhibidores de la mTOR. La enzima llamada mTOR es importante para el crecimiento del tumor y la supervivencia de la célula.

Los siguientes fármacos buscan disminuir el tamaño del tumor atacando este enzima:

  • Temsirolimus
  • Everolimus

Basado en su pronóstico individual y las características del tumor su médico puede seleccionar el mejor antiangiogénico para su situación específica. Si ese fármaco no es eficaz o no le mejora los síntomas puede probar con alguno otro.

Dado que estos fármacos afectan a la formación de nuevos vasos sanguíneos pueden provocar varios efectos secundarios.

La fatiga es un efecto secundario frecuente. Esto significa que se siente más cansado de lo habitual, sin energía, y no mejora con el sueño. Además puede tener dolor en las articulaciones, músculos y pecho. La fatiga puede ser un efecto secundario del medicamento, o puede estar debido al mismo tumor o las metástasis.

Es frecuente que pueda sentir náuseas o encontrarse enfermo durante el tratamiento. También puede tener diarrea o estreñimiento. Si tiene alguno de estos síntomas debe hacerlo saber a su equipo médico. Su médico puede darle un tratamiento para controlar estos síntomas.

Durante el tratamiento puede tener un aumento de la presión sanguínea. La tensión arterial debe controlarse antes del tratamiento y también en las primeras semanas. Si lo precisa, su médico le puede prescribir fármacos antihipertensivos para controlarlo. La terapia antiangiogénica también puede producir disfunción eréctil.

Así mismo, estos fármacos pueden alterar la función del tiroides. El tiroides es una glándula que produce hormonas y controla el manejo de la energía por parte del cuerpo. Si hay una caída en el nivel de las hormonas producidas por el tiroides puede sentirse cansado, frío, o ganar peso. Si el tiroides se vuelve hiperactivo puede sentir calor, sudores, un exceso de energía, tener problemas de concentración o tener pérdida de peso.

Sunitinib, pazopanib, axitinib, sorafenib, tivozanib y bevacizumab frenan la cicatrización de las heridas, por lo que no puede comenzar el tratamiento hasta que las heridas de la intervención hayan sanado completamente.

Mientras tome estos fármacos puede notar que le falta el aliento, dolor en el pecho, y que se hinchan sus tobillos y pies. Además también pueden producir coágulos en la sangre que aumentan el riesgo de derrames cerebrales o ataques al corazón.

Su piel puede resecarse, volverse roja, o incluso puede desarrollar un sarpullido. En algunos casos su piel puede volverse amarilla, cosa que se recuperaría tras suspender el medicamento. Puede notar entumecimiento y hormigueo en los dedos de manos y pies. Su pelo puede volverse gris durante el tratamiento. En los descansos entre tratamientos algo del color puede recuperarse. También puede desarrollar el síndrome de mano-pie, que produce ampollas y enrojecimiento en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Si lo nota, su médico puede recomendarle ajustar o interrumpir el tratamiento.

Los inhibidores de la mTOR temsirolimus y everolimus pueden tener otros efectos secundarios, principalmente relacionados con la sangre y los pulmones.

Esta terapia puede producir un descenso temporal del número de glóbulos rojos o blancos, o plaquetas, de la sangre. Un descenso en el número de glóbulos blancos puede aumentar el riesgo de padecer una infección. Niveles bajos de glóbulos rojos puede producir cansancio, o falta de aliento. Puede precisar una transfusión de sangre si los niveles son demasiado bajos. Un descenso en el número de plaquetas puede producir sangrado en la nariz, en las encías tras lavarse los dientes, o pequeños puntos rojos o hematomas en sus brazos y piernas, conocidos como petequias.

Debe contactar con su equipo médico si tiene alguno de estos efectos secundarios. Su médico le hará recuentos de las células sanguíneas con regularidad.

Los inhibidores de la mTOR pueden afectar a sus niveles de azúcar en la sangre y colesterol, aumentándolos. También se harán controles con regularidad en este sentido.

Otro posible síntoma es molestia o dolor en la mucosa de la boca. Un enjuague bucal le puede ayudar a aliviar los síntomas, pero debería evitar los enjuagues que contengan alcohol, peróxido, yodo, o tomillo, dado que puede empeorar las úlceras. Consulte con su equipo médico que le puede recomendar qué marcas utilizar.
Sus pulmones pueden verse afectados por estos tratamientos. Informe a su equipo médico si comienza con tos durante el tratamiento.

Inmunoterapia

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento farmacológico que potencia el sistema inmune para que se enfrente a las células tumorales. Estas terapias se utilizan en algunos casos específicos. Si su estado general es bueno y tiene pocas metástasis pulmonares, su médico puede que le recomiende este tratamiento.

Se utilizan dos tipos de inmunoterapia en el tratamiento del cáncer de riñón metastásico:

  • Interferón-alfa (INF-α)
  • Interleukina-2 (IL-2)

Su médico puede que le recomiende el tratamiento con interferón alfa si el subtipo de tumor es carcinoma de células renales de células claras, y el tumor se ha extendido únicamente a los pulmones. El interferón habitualmente se combina con el antiangiogénico bevacizumab. Se aplica bajo la piel. Su médico le indicará el calendario de tratamiento. Si el médico le recomienda la utilización de interleukina-2 deberá permanecer ingresado en el hospital durante el tratamiento dados los efectos secundarios.

El interferón alfa y la interleukina-2 pueden producir importantes efectos secundarios. Los más comunes incluyen fatiga y síntomas gripales, tales como fiebre y escalofríos, dolores de cabeza, dolor muscular y en las articulaciones. Casi la totalidad de los pacientes que son tratados con inmunoterapia sufren estos síntomas al iniciar el tratamiento. Generalmente mejora según el tratamiento continúa. Los síntomas suelen aparecer de 2 a 4 horas tras la inyección y duran unas 12 horas. El paracetamol puede ayudar a aliviar estos síntomas.

La inmunoterapia también puede producir un descenso temporal del número de glóbulos rojos o blancos, o plaquetas, de la sangre. Un descenso en el número de glóbulos blancos puede aumentar el riesgo de padecer una infección. Niveles bajos en glóbulos rojos puede producir cansancio, o falta de aliento. Puede precisar una transfusión de sangre si los niveles son demasiado bajos. Un descenso en el número de plaquetas puede producir sangrado de la nariz, de las encías tras lavarse los dientes, o pequeños puntos rojos o hematomas en sus brazos y piernas, conocidos como petequias.

Debería contactar con su equipo médico si tiene alguno de estos efectos secundarios. Su médico le hará recuentos de las células sanguíneas con regularidad.

Otros síntomas pueden ser náuseas, vómitos, diarrea, pérdida de apetito, cambios en el gusto, o sabor metálico en la boca. También puede experimentar molestias en la garganta, con dolor al tragar. Dado que estos síntomas pueden producir deshidratación, pérdida de peso, o malnutrición, asegúrese de comunicárselo a su médico o enfermero si no se resuelven espontáneamente pronto.

Durante el tratamiento puede sentirse deprimido, ansioso, o con problemas de sueño. Estas sensaciones pueden ser un efecto secundario de la inmunoterapia, pero también puede ser una respuesta a la enfermedad. Solicite a su equipo médico que le proporcione apoyo psicológico si tiene la necesidad de hablar de ello con alguien.

Quimioterapia

La quimioterapia es un tipo de tratamiento farmacológico que consiste en uno o más agentes químicos que son tóxicos para las células. Atacan a cualquier célula que se divida rápidamente, lo cual incluye al tumor, pero también las células de los folículos del pelo, y la médula ósea, entre otras. Habitualmente se administra por vía intravenosa.

La quimioterapia no es efectiva en general para el cáncer de riñón. En el cáncer de riñón metastásico la quimioterapia con 5 fluororacilo puede tener algún efecto en combinación con inmunoterapia tras la resección completa del tumor primario.

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