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El cáncer de próstata resistente a la castración es una fase del cáncer de próstata que suele aparecer durante el tratamiento de la enfermedad metastásica.

El cáncer de próstata puede extenderse a otros órganos o a ganglios linfáticos fuera del área pélvica, resultando en cáncer de próstata metastásico. Los tumores en estos órganos o ganglios se llaman metástasis. Su médico puede que le recomiende tratamiento de la enfermedad metastásica mediante hormonoterapia.

La hormonoterapia evita la producción o bloquea la acción de los andrógenos, lo que se conoce como castración. Cuando es efectivo, ambos mecanismos aturan el crecimiento tumoral. Este efecto no es indefinido y el cáncer de próstata se convertirá en resistente a la castración. Esto suele suceder a los 2-3 años desde el inicio de la hormonoterapia, y el cáncer deja de ser curable.

El cáncer de próstata resistente a la castración requiere niveles de andrógenos mucho más bajos para progresar. Esto significa que aunque su cuerpo casi no produzca andrógenos, el tumor y las metástasis continúan creciendo. Por esto se le llama cáncer resistente a la castración, porque deja de responder a la castración hormonal.

En este tipo de cáncer, los niveles de antígeno prostático específico (PSA) en sangre vuelven a elevarse. El diagnóstico de cáncer de próstata resistente a la castración se establece tras la elevación del PSA en 3 análisis de sangre separados 3 semanas. El diagnóstico también se puede hacer si aparecen síntomas derivados del crecimiento del tumor o de las metástasis.

La investigación en el cáncer de próstata resistente a la castración está avanzando y las opciones terapéuticas cambian constantemente. Esta sección describe distintas opciones de tratamiento, que usted puede comentar con su médico.

La información contenida en este capítulo es general, no específica para su situación concreta. Tenga en cuenta que las recomendaciones que su médico le haga pueden variar según el país y el sistema de salud al que pertenezca.

Manejo del cáncer de próstata resistente a la castración

Si ha sido diagnosticado de cáncer de próstata resistente a la castración, su médico le recomendará una serie de tratamientos para paliar sus síntomas y alargar su esperanza de vida. Es importante que recuerde que el de cáncer de próstata resistente a la castración no tiene cura.

El cáncer de próstata resistente a la castración puede tratarse con:

Dado que el cáncer de próstata resistente a la castración sigue respondiendo a los andrógenos, su médico le recomendará continuar con la hormonoterapia para mantener los niveles de testosterona bajos.

Tratamiento adicional con antiandrógenos

Si ha sido tratado con castración quirúrgica o química, puede que su médico le recomiende tratamiento adicional con antiandrógenos. El más utilizado para el cáncer de próstata resistente a la castración es la bicalutamida. Su objetivo es el de reducir el crecimiento tumoral, no paliar los síntomas. Algunos efectos secundarios que pueden aparecer son hinchazón de los pechos y problemas con el hígado.

Parar el tratamiento con antiandrógenos

Si ha sido tratado con agonistas de la LHRH o antagonistas en combinación con antiandrógenos, su médico puede que le recomiende dejar de tomar los antiandrógenos. Esta maniobra puede reducir sus niveles de PSA en sangre durante unos meses. El efecto aparece a las 4-6 semanas de dejar el tratamiento.

Estrógenos

El tratamiento con estrógenos puede reducir el crecimiento tumoral y reducir los niveles de PSA en sangre, sin riesgo de debilitar los huesos. Dado que los efectos secundarios incluyen enfermedades cardiovasculares como trombosis y ataques de corazón, el tratamiento con estrógenos prácticamente no se utiliza hoy en día.

Agentes adrenolíticos

A pesar de la castración, las glándulas suprarrenales continúan produciendo pequeñas cantidades de andrógenos. Los agentes adrenolíticos bloquean la producción de hormonas en las glándulas suprarrenales. Los efectos secundarios que pueden aparecer son diarrea, erupciones cutáneas y picores, fatiga, disfunción eréctil y alteraciones del hígado. No suelen utilizarse hoy en día.

Tratamiento hormonal

Tratamiento hormonal con acetato de abiraterona

El cuerpo necesita una enzima que se llama CYP17 (17α-hidroxilasa) para producir testosterona. La enzima CYP17 se encuentra en los testículos, glándulas suprarrenales y células cancerígenas prostáticas. La terapia hormonal con acetato de abiraterona bloquea la acción de la CYP17 con lo que no se produce testosterona.

El tratamiento con acetato de abiraterona pretende reducir el crecimiento tumoral y las metástasis. Puede alargar su esperanza de vida y reducir los síntomas.

Los efectos secundarios más frecuentes son la fatiga, niveles bajos de potasio en sangre, hipertensión arterial, hinchazón o molestias de las articulaciones, e hinchazón por la retención de líquidos.

Mientras tome acetato de abiraterona puede sentirse cansado o con falta de aliento por los bajos niveles de glóbulos rojos en la sangre. Otros efectos del tratamiento incluyen pulso cardíaco acelerado, fuerte e irregular, aumento de la sed, pérdida del apetito, náuseas o vómitos, y aumento rápido de peso.

El acetato de abiraterona se toma dos veces al día en forma de comprimidos, y siempre en combinación con un fármaco corticoesteroide que se llama prednisona. Hable con su médico para saber si el acetato de abiraterona puede ser una opción para usted.

Tratamiento hormonal con enzalutamida

Los tumores prostáticos necesitan receptores de andrógenos para crecer. La enzalutamida es una hormona que bloquea los receptores de andrógenos. Pretende reducir los niveles de PSA en sangre y reducir el crecimiento tumoral. A diferencia del acetato de abiraterona, no es necesario el tratamiento combinado con corticosteriodes.

Los efectos secundarios más frecuentes de la enzalutamida son la sensación de debilidad, el dolor de espalda y la fatiga.

Inmunoterapia

La inmunoterapia es un tipo de tratamiento que utiliza su propio sistema inmune para luchar contra las células tumorales. En el caso del cáncer de próstata, el fármaco utilizado se llama Sipuleucel-T. Para preparar el fármaco se utiliza su propia sangre, por lo que antes del procedimiento hay que hacer una extracción.

La inmunoterapia se administra de forma intravenosa, en el hospital o en las consultas externas. Deberá acudir al hospital 3 veces cada 2 semanas para recibir el tratamiento. Si el tratamiento es efectivo, la inmunoterapia puede alargar su esperanza de vida y reducir el crecimiento tumoral. No reducirá sus niveles de PSA en sangre. Los efectos secundarios frecuentes incluyen fiebre, fatiga, náuseas y dolor de cabeza.

Quimioterapia con docetaxel

La quimioterapia es un tipo de tratamiento contra el cáncer que utiliza productos químicos para destruir las células cancerígenas. La quimioterapia se puede administrar a través de la sangre para atacar las células de todo el cuerpo. También se puede administrar directamente en el tumor.
Puede que su médico le recomiende quimioterapia con docetaxel para tratar el cáncer de próstata resistente a la castración. Este fármaco reduce el dolor causado por el tumor o las metástasis. Si el tratamiento es efectivo, puede alargar su esperanza de vida y reducir los síntomas y los efectos secundarios.

El docetaxel se administra de forma intravenosa, en el hospital de día o en las consultas externas. El tratamiento dura 1 hora y se suele repetir 10 veces, una cada 3 semanas. Durante este tiempo deberá tomar prednisona, generalmente en forma de pastilla. La deberá tomar dos veces al día durante 5-10 ciclos.

El docetaxel puede tener efectos secundarios. Muchos de ellos son leves y se pueden tratar en casa. Entre ellos destacan:

  • Niveles bajos de glóbulos blancos
  • Anemia
  • Caída del cabello
  • Retención de líquidos
  • Vómitos
  • Reacciones alérgicas
  • Fatiga
  • Diarrea
  • Alteraciones de las uñas
  • Pérdida del apetito

Tratamiento después de la quimioterapia

Después de ser tratado con docetaxel, su médico puede recomendarle tratamiento hormonal u otro fármaco quimioterápico. Los tratamientos hormonales más habituales son el acetato de abiraterona y la enzalutamida. El cabazitaxel es el fármaco quimioterápico más utilizado en estos casos. También se puede realizar una segunda tanda de docetaxel. Su médico le comentará las distintas opciones para encontrar la que mejor se adapte a su situación.

Acetato de abiraterona

Si el tratamiento con docetaxel no fue efectivo, su médico puede que le recomiende tratamiento hormonal con acetato de abiraterona. Si es efectivo, puede aliviar el dolor, disminuir los niveles de PSA en sangre, reducir el crecimiento tumoral y las metástasis, y alargar su esperanza de vida.

Los efectos secundarios más frecuentes son la fatiga, niveles bajos de potasio en sangre, hipertensión arterial, hinchazón o molestias de las articulaciones, e hinchazón por la retención de líquidos. El acetato de abiraterona siempre se administra en combinación con un fármaco corticoesteroide que se llama prednisona para controlar los efectos que puede tener sobre su presión arterial.

Enzalutamida

Si el tratamiento con docetaxel no fue efectivo, su médico puede que le recomiende tratamiento hormonal con enzalutamida. Si es efectivo, puede disminuir los niveles de PSA en sangre, reducir el crecimiento tumoral y las metástasis, y alargar su esperanza de vida.

Los posibles efectos secundarios del tratamiento son la sensación de debilidad, el dolor de espalda, la diarrea y la fatiga.

Cabazitaxel

Si el tratamiento con docetaxel no fue efectivo, su médico puede que le recomiende tratamiento quimioterápico con cabazitaxel. Si es efectivo, puede aliviar el dolor, disminuir los niveles de PSA en sangre, reducir el crecimiento tumoral y las metástasis, y alargar su esperanza de vida.

Los efectos secundarios del cabazitaxel incluyen disminución severa de los glóbulos blancos y diarrea. Su médico le dará tratamiento para su control.

Hable con su médico sobre cuál es el mejor tratamiento para su caso concreto tras el tratamiento con docetaxel.

Radioterapia

El cáncer de próstata resistente a la castración puede tratarse mediante radioterapia. La radioterapia daña y mata las células cancerígenas. El tratamiento le ayudará a disminuir el dolor y puede que le alargue la esperanza de vida. Los efectos secundarios más frecuentes son la sensación de quemazón al orinar, el aumento de la frecuencia urinaria y la irritación anal.

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