En la mayor parte de los casos el cáncer de riñón es asintomático, lo que quiere decir que no hay síntomas claros que indiquen su presencia. La mayoría de los tumores de riñón se encuentra al realizar una ecografía o alguna prueba de imagen similar realizada por otras razones, como dolor lumbar.
Dado que hay varios tipos de tumor renal, el médico realizará distintas pruebas para conocer mejor su situación concreta. Estas pruebas incluyen realizar una historia clínica y escáneres. En ocasiones también se explora la historia familiar. Una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RMN) mostrarán el tamaño del tumor, y si ha invadido venas renales, ganglios linfáticos, u órganos vecinos. Estas pruebas son importantes para plantearse tratamientos futuros. El médico puede realizar también un examen físico, y análisis de sangre y orina.
Con los resultados de su escáner, el urólogo podrá definir el estadio de la enfermedad. Analizando el tejido del tumor, obtenido ya sea mediante una operación quirúrgica, o por biopsia, el patólogo determina el subtipo de tumor y si es o no una forma agresiva. Estos datos de estadio, subtipo y agresividad del tumor conforman su clasificación.
La clasificación del tumor se utiliza para estimar su pronóstico individual. Basándose en su pronóstico individual, su médico le ofrecerá la estrategia de tratamiento más adecuada en su caso.
En algunos casos usted puede necesitar algunas pruebas para evaluar su función renal. Esto es importante especialmente si usted sólo tiene un riñón, o si tiene riesgo de insuficiencia renal por ser diabético, hipertenso, tiene una infección crónica, o alguna enfermedad renal.
Las técnicas de imagen son muy importantes para el diagnóstico y clasificación de los tumores renales. Las técnicas de imagen más frecuentes son la ecografía, la TC, y la RMN. En algunas ocasiones se realiza una biopsia para saber más sobre las características del tumor.
Escáner con contraste
Cuando se encuentra un tumor lo primero que el médico quiere saber es si es maligno. La ecografía con contraste, la TC o la RMN del abdomen y la pelvis aportan información al respecto. La TC y la RMN también muestran:
- La localización y tamaño del tumor.
- Si tiene o no ganglios linfáticos aumentados de tamaño.
- Si el tumor se ha extendido a órganos vecinos, como la glándula suprarrenal, el hígado, el bazo o el páncreas.
- Si el tracto urinario está afectado por el tumor.
Para realizar un escáner con contraste se utiliza un contraste que se administra por vía intravenosa, habitualmente por el brazo. El contraste hace que los vasos sanguíneos destaquen, dándoles un color diferente en las imágenes que se obtienen durante el escáner. Este tipo de escáner permite al radiólogo analizar el tumor. Los resultados le ayudarán a decidir el tratamiento que precisa.
Si usted es alérgico al contraste se le realizará una RMN o una TC sin realce de contraste.
Si su médico sospecha que el tumor se pueda haber extendido a los pulmones le realizará más estudios a este nivel, como una TC. Puede precisar también de un escáner de los huesos o del cerebro si tiene síntomas tales como dolor en los huesos o ataques epilépticos. En esos escáneres tratará de evaluarse si el cáncer se ha extendido a los huesos o al cerebro.
Biopsia del tumor renal
Durante una biopsia de un tumor renal se obtienen una o más muestras de tejido tumoral. Primero se pondrá anestesia local. Después el médico introduce una aguja a través de la piel, y utiliza ecografía o TC para localizar el tumor. Las muestras de tejido serán analizadas por el patólogo para ayudar a determinar el mejor tratamiento.
La biopsia renal no es un procedimiento habitual en el diagnóstico de un cáncer de riñón. Puede ser necesaria en caso de que:
- Los resultados del escáner no sean suficientemente claros.
- Usted tenga un tumor renal pequeño que se esté pensando en tratar mediante vigilancia activa.
- Usted tenga un tumor pequeño que vaya a ser tratado mediante ablación con radiofrecuencia o crioterapia.
Las biopsias pueden producir que haya sangre en la orina. En casos excepcionales pueden causar un sangrado más importante. La biopsia de un tumor renal es generalmente un procedimiento inofensivo.