El médico realiza una serie de pruebas para descubrir qué provoca los síntomas. A esto se le llama diagnóstico. Primero, el médico o personal de enfermería le preguntarán sus antecedentes médicos y realizarán una exploración física. Después, realizarán pruebas de imagen y otras pruebas si son necesarias.
Técnicas de imagen
Para localizar el cálculo, el médico tiene que realizar pruebas de imagen de sus órganos internos. Se le realizará una ecografía (también conocida como ultrasonidos), que emplea sonidos de alta frecuencia para crear una imagen. Además de la ecografía, puede que usted necesite una radiografía del tracto urinario.
El médico puede ver si el cálculo provoca una obstrucción comprobando si el sistema colector de orina está aumentado de tamaño (Fig. 1).
Otro método frecuente de diagnóstico es la TC (tomografía computarizada). Para la litiasis se realiza una tomografía computarizada sin contraste (TCSC), que puede mostrar claramente el tamaño, la forma y el densidad del cálculo.
En algunas ocasiones su médico puede decidir realizar una TC con contraste o una urografía intravenosa. Estas imágenes aportan información adicional sobre la función del riñón y su anatomía.
Análisis del cálculo y otras pruebas
En caso de cólico renal, su orina y sangre son analizadas para ver si tiene una infección o fallo renal.
Si existe la posibilidad de que su cálculo sea expulsado con la orina, su médico puede recomendar que usted filtre la orina para recoger el cálculo. El médico lo analizará para saber qué tipo de cálculo tiene. Esta información es importante porque permite seleccionar las mejores opciones de tratamiento y prevención.
Si usted tiene un alto riesgo de formar más cálculos, se le realizarán unas pruebas adicionales llamadas evaluación metabólica. Estas pruebas y las razones por las cuales hay que realizarlas se describen en otra sección sobre: Evaluación metabólica para cálculos renales y ureterales.