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La nefrectomía parcial es una técnica quirúrgica para el tratamiento del cáncer de riñón localizado. Está recomendada siempre que sea posible. El objetivo es extirpar la parte del riñón afectada por la enfermedad, preservando la mayor cantidad posible de tejido renal sano.
Para la realización de una nefrectomía parcial se necesita una anestesia general. Durante la intervención el paciente se coloca sobre su costado o tumbado sobre la espalda, dependiendo de la localización y el tamaño del tumor.
¿Cómo se realiza una nefrectomía parcial?
En primer lugar se determina la localización exacta del tumor. Después se utiliza una pinza vascular en la arteria renal para detener el flujo sanguíneo del riñón durante la intervención, para minimizar la pérdida de sangre. Se utiliza en ocasiones hielo picado para descender la temperatura del riñón durante la intervención para prevenir daño producido por la interrupción del flujo sanguíneo.
Una vez que el tumor ha sido extirpado, el cirujano realizará una sutura sobre la herida, y si es necesario aplicará sustancias sellantes para prevenir el sangrado (Fig. 1).
Si el tumor ha invadido el sistema colector del riñón el cirujano puede precisar colocar un catéter doble J para asegurarse de que la orina puede fluir por el sistema urinario. El catéter se retirará cuando las heridas se hayan curado, y el flujo urinario vuelva a la normalidad. Esto puede tardar desde varios días a semanas (Fig. 2).
La cirugía
La nefrectomía parcial se puede hacer tanto por cirugía abierta como laparoscópica.
La cirugía abierta es la cirugía de referencia para la nefrectomía parcial. El cirujano realiza una incisión en la pared abdominal para acceder al riñón y al tumor directamente.
La nefrectomía parcial laparoscópica es una cirugía mínimamente invasiva. Durante este tipo de procedimiento el médico inserta unos pequeños tubos de plástico en su abdomen. A través de esos tubos el cirujano introduce los instrumentos necesarios para extirpar el tumor. Uno de esos tubos se utiliza para introducir una cámara que permite al cirujano obtener una imagen de alta calidad en un monitor (Fig. 3). La cirugía laparoscópica se puede realizar también asistida por un sistema quirúrgico robótico.
La cirugía laparoscópica generalmente permite una recuperación más rápida que la cirugía abierta, pero la técnica es bastante compleja, y su médico precisa tener experiencia en este tipo de procedimiento.
Para extirpar un tumor renal mediante nefrectomía parcial la cirugía abierta y laparoscópica son igualmente efectivas.
¿Cómo me preparo para la intervención?
Su médico le dará las recomendaciones precisas y detalladas sobre cómo prepararse para el procedimiento. No debe comer, beber, ni fumar desde 6 horas antes del procedimiento para prepararse para la anestesia. Si toma cualquier tipo de medicamento coméntelo con su médico. Puede que deba dejar de tomarlo varios días antes de la intervención.
¿Cuáles son las secuelas del procedimiento?
Habitualmente le darán el alta entre 3 y 7 días tras la cirugía. Recuerde que la estancia hospitalaria puede variar según los diferentes países. Después de una nefrectomía parcial abierta puede que tenga dolor en el costado durante varias semanas.
Recomendaciones para las primeras 4-6 semanas tras la intervención:
- Beba entre 1 y 2 litros todos los días, principalmente agua.
- No cargue con nada que pese más de 5 kg.
- No realice ejercicio intenso.
- Comente cualquier medicamento que estuviera usted tomando.
- Si lo ha precisado, pregunte la fecha de la retirada del catéter doble J con su médico.
Tendrá que consultar con su médico o acudir al hospital en el momento que presente :
- Fiebre.
- Sangre en la orina.
- Pérdida de sangre o dolor intenso.
¿Cuál es el impacto del tratamiento?
La nefrectomía parcial es un procedimiento frecuente para el cáncer de riñón localizado. Más del 95% de los pacientes se encuentran libres de enfermedad hasta 5 años después de la intervención. El beneficio de tener dos riñones funcionando tras la cirugía contribuye a la función renal global, y a la salud del paciente en general.
¿Cómo se realiza el seguimiento?
Tras una nefrectomía parcial por cáncer de riñón su médico planificará un calendario de visitas de revisión. La frecuencia de esas visitas dependerá de la clasificación del tumor extirpado. El seguimiento dura al menos 5 años. Algunas pruebas frecuentes en estas visitas son las TC abdominales, las ecografías, las radiografías de tórax, y los análisis de orina y sangre.