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A veces, los medicamentos que el médico le ha recetado no mejoran sus síntomas. En esos casos, están disponibles otras opciones de tratamiento. Junto con su médico puede decidir qué alternativa es mejor para usted.

Las opciones de tratamiento más comunes para los síntomas de vejiga hiperactiva son:

  • Inyección de toxina botulínica en la vejiga
  • La estimulación nerviosa, también conocida como la neuromodulación
  • La cirugía para aumentar el volumen de la vejiga

En esta sección se ofrece información general sobre tratamientos de segunda línea para los síntomas de vejiga hiperactiva. Las situaciones pueden variar de país a país.

Toxina botulínica

La toxina botulínica es ampliamente conocida por uno de sus nombres comerciales, Botox ® y es de uso frecuente en la cirugía estética. Para los síntomas de la vejiga hiperactiva, la toxina es inyectada en la pared de la vejiga para reducir la actividad de los nervios que causan los síntomas. Este tratamiento puede mejorar la urgencia, la frecuencia para orinar, así como la incontinencia de urgencia.

Para las inyecciones de toxina botulínica, por lo general, recibirá anestesia local. A veces se utilizan otras formas de anestesia. El médico utiliza un tipo de endoscopio, conocido como cistoscopio, para entrar en la vejiga a través de la uretra. El cistoscopio tiene una pequeña cámara para mostrar una imagen de alta calidad de la vejiga en un monitor de vídeo. El médico inyecta una pequeña dosis de toxina botulínica en diferentes áreas de la pared de su vejiga (Fig. 1).

El efecto del procedimiento se va pasando con el tiempo, por lo que después de 4-9 meses tendrá que someterse a la repetición del tratamiento. Algunas personas (menos del 10%) pueden tener dificultad para orinar después de una inyección de toxina botulínica, y pueden necesitar una sonda. Las sondas pueden aumentar el riesgo de infección de las vías urinarias y el médico puede recetar antibióticos.

Fig. 1: Inyección de toxina botulínica en la pared vesical.
Fig. 1: Inyección de toxina botulínica en la pared vesical.

Estimulación nerviosa

La estimulación nerviosa, también conocida como neuromodulación, es un tratamiento que utiliza impulsos eléctricos para estimular los nervios sacros, que controlan la vejiga. Hay dos tipos de estimulación nerviosa:

  • La estimulación del nervio tibial utiliza una aguja a nivel del tobillo (Fig. 2).
  • En la estimulación de los nervios sacros un dispositivo se implanta en la parte baja de la espalda (Fig. 3).

Estimulación del nervio tibial

Para la estimulación del nervio tibial, su médico colocará una aguja con la corriente eléctrica cerca de su tobillo. La aguja pasa a través de la piel y estimula el nervio tibial, que se extiende desde la parte interior del tobillo a lo largo de la pierna hasta los nervios sacros (Fig. 2).

Un ciclo de tratamiento para la estimulación del nervio tibial generalmente dura 12 sesiones. Una sesión de tratamiento se realiza una vez por semana en una clínica y por lo general tiene una duración de 30 minutos. El efecto desaparecerá con el tiempo y es probable que necesite más ciclos de tratamiento.

Sacral nerve stimulation

El procedimiento de estimulación de los nervios sacros se realiza en dos etapas. En primer lugar, el médico coloca un electrodo través de la piel y prueba si sus síntomas de vejiga hiperactiva responden a la estimulación nerviosa . Si hay una respuesta, se le realizará una cirugía para implantar un generador de impulsos programable por encima del hueso de la pelvis. El electrodo conecta el generador al área de estimulación de los nervios sacros (Fig. 3). Después de la cirugía, usted será capaz de controlar el generador con un dispositivo fuera del cuerpo. Este dispositivo controlará la estimulación eléctrica de los nervios que llegan a la vejiga. Cuando se altera la estimulación del nervio, se reduce la hiperactividad vesical. La estimulación de nervios sacros puede mejorar sus síntomas.

Después de la cirugía , existe riesgo de infección y se puede experimentar dolor en la zona de implantación. Con el tiempo, el generador o el electrodo se pueden mover, causando malestar. También es posible que falle la batería del generador. Si esto sucede, usted necesitará otra cirugía para reemplazar la batería. Asegúrese de discutir cualquiera de sus preocupaciones sobre estos riesgos con su médico.

Fig. 2: Estimulación del nervio tibial.
Fig. 3: Estimulación del nervio sacro.
Fig. 3: Estimulación del nervio sacro.

Cirugía de la vejiga

En caso de que sus síntomas no hayan mejorado con los fármacos u otros tratamientos, se puede realizar una cirugía en la vejiga. El objetivo del procedimiento es aumentar la capacidad de la vejiga. Esto reducirá la presión en la vejiga a medida que se llena, de manera que pueda retener más orina.

El médico hace una incisión en la parte inferior del abdomen y utiliza un pedazo de su intestino para aumentar el tamaño de la vejiga. Este procedimiento se llama aumento de la vejiga o cistoplastia de aumento, y hoy en día rara vez se realiza (Fig. 4). Si se le recomienda la cirugía, usted necesita discutir las implicaciones y efectos secundarios con su médico, ya que pueden ser significativos.

Fig. 4: cirugía vesical para aumentar la capacidad de la vejiga.
Fig. 4: cirugía vesical para aumentar la capacidad de la vejiga.
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